Investigación da a conocer la presencia de gas de efecto invernadero en suelos agrícolas
El estudio “Un gas olvidado: el impacto del óxido nitroso en el cambio climático y cómo puede ser mitigado”, a cargo de investigadores de la Universidad del Desarrollo (UDD) y el Centro Científico CEAZA y Beef + Lamb de Nueva Zelanda, evidenció la presencia, en suelos agrícolas, de óxido nitroso, un gas que se produce de la mezcla de orina y excremento de animales con fertilizantes basados en nitrógeno.
Lo anterior es de gran importancia dado que este gas es de efecto invernadero y se estima que es el responsable de un 6% a 12% de la temperatura de la Tierra que ha ido aumentado durante los últimos años. Incluso, genera mayor calentamiento global que el Co2, afectando de este modo al cambio climático.
Carolina Trujillo, del Centro de Tecnologías para la Sociedad de la Facultad de Ingeniería UDD y alumna del Magíster en Ciencias de la Ingeniería -quien participó del proyecto-, enfatizó que el objetivo ahora es “generar conciencia de la presencia de óxido nitroso entre los agricultores y ganaderos, que entiendan el problema que esto significa, que aprendan cómo calcular sus emisiones y cómo se pueden reducir y así se puedan tomar acciones concretas para mitigar estas emisiones que están provocando el aumento de la temperatura a nivel global”.
Cabe señalar que esta investigación se llevó a cabo en el marco del programa Winds of Change, iniciativa que reúne a estudiantes de postgrado de Chile y Nueva Zelanda para estudiar problemas asociados al cambio climático, diseñar soluciones inéditas y estrategias de desarrollo sostenible para el futuro.
En este contexto, los investigadores seleccionados, interesados en estudiar la seguridad alimentaria, realizaron una exhaustiva revisión bibliográfica con el objeto de analizar las emisiones de gases en la agricultura y la ganadería en Chile y Nueva Zelanda, y encontraron que había elevados niveles de este gas en los suelos agrícolas y ganaderos.
A partir de esta investigación, Winds of Change entregó alternativas para mitigar el efecto de este gas y reducir sus emisiones. Una de ellas, por ejemplo, es la plantación de árboles, considerando que estos son capaces de absorber nitrógeno para su crecimiento, por lo que permitiría compensar las emisiones. Otra opción es “cambiar el tipo de alimentación de los animales, asegurándose que no sea tan rica en proteínas, ya que cualquier exceso es excretado como nitrógeno”, señala Carolina Trujillo.
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