“No se puede dimensionar lo que es esto, hasta que se vive, ya que aquí el diseño es tremendamente valorado. La ciudad está revolucionada, hay eventos en torno a esto en todas partes”. De esta forma, la decana de la Facultad de Diseño de la Universidad del Desarrollo, Alejandra Amenábar, describe el ambiente que se vive alrededor del Salón Satélite de Milán 2011, en Italia, donde la universidad es la única entidad de educación superior sudamericana que expone sus trabajos.

El Salón Satélite es el evento más importante del mundo para diseñadores menores de 35 años, donde  participan los mejores exponentes del diseño de todo el planeta. Este año hay 2.600 expositores y se espera que diariamente —entre el 12 y el 17 de abril— asistan cerca de 50 mil visitantes.

“Estamos aprovechando de realizar contactos con otras universidades y empaparnos de lo mejor del diseño mundial para traspasarlo a nuestros alumnos. Además, nos hemos  reunido con varios diseñadores para ver la posibilidad de llevarlos a Chile”, explica Alejandra Amenábar.

La Facultad de Diseño UDD fue invitada por la propia directora y curadora del Salón, Marva Griffin (creadora hace 14 años de esta actividad), quien conoció su trabajo cuando asistió como invitada a la IV Bienal de Diseño 2010.

“Considerando que esta invitación sólo se ha extendido a 15 escuelas de todo el mundo, la participación de la Facultad en Milán se constituye como hito en nuestra historia y nos sitúa en un estándar de nivel mundial”, señala la decana, para quien esta participación es “un reconocimiento al trabajo bien hecho que hemos venido realizando desde hace 10 años”.

Bernardita Brancoli, directora de Extensión y Educación Continua; Rosario Díaz, directora de Diseño Gráfico; e Ian Tidy, director de Diseño de Ambientes y Objetos, también viajaron como representantes de la Facultad a la ciudad europea.

El stand montado por los representantes de la carrera en Milán, incorpora rasgos de la chilenidad durante las Fiestas Patrias. Por eso, el lugar consta de un entramado en el cielo, del que cuelgan más de 50 volantines que ilustran situaciones emblemáticas de la Facultad. Los visitantes toman los hilos elásticos de cada volantín y acercan las fotos para leer el detalle de cada una, asemejando la acción de elevar un volantín. Y para crear la sensación de que los asistentes están en un espacio sin límites, el suelo es de espejos.