Casi nueve de cada diez personas afirmó que el gasto en medicamentos es un gasto importante para él/ella o su familia. Así lo evidenció una nueva encuesta del Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud (CIPS) de la Universidad del Desarrollo. Esta percepción es más frecuente en los sectores socioeconómicos C3 (89%) y D y E (90%). Es estadísticamente significativo comparado con el grupo socioeconómico ABC1, aunque no deja de ser un número menor que ocho de cada diez personas pertenecientes al segmento ABC1 afirmaran que es un gasto considerable. 

“Esto va en concordancia con la evidencia nacional e internacional en donde el gasto de bolsillo en salud es uno de los más altos y es medicamento en donde más gasto se desembolsa”, señaló la directora ejecutiva del CIPS, Paula Daza.

En el sondeo se profundizó en cómo la compra de remedios influye en el presupuesto familiar. Aquí las personas podían marcar más de una opción. Y las alternativas más mencionadas fueron: en dejar de consumir otras cosas (50%) y en endeudarse (30%).

Por otro lado, se preguntó en relación a la adquisición de compra de fármacos durante 2022. En esta pregunta, como son conductas de compra, se dio la opción de que respondieran más de una opción. Con el 52% la alternativa más votada fue que la persona iba a la farmacia a comprar sus medicamentos para tenerlos más rápido; seguido, curiosamente, de comprar medicamentos en la feria libre (31%) e ir al consultorio por los medicamentos recetados (29%).

Estos resultados van de la mano con lo que presentó Fonasa el año pasado en una encuesta en donde 38% de beneficiaros Fonasa dijeron que no adquirieron sus medicamentos en el consultorio u hospital. El 32% de ellos dijo que optó en comprarlos para obtenerlos más rápido. “Esto nos muestra que hay un tema de gestión a largo plazo que debemos mejorar en cuanto a la disponibilidad de medicamentos y las brechas en la ruta del paciente para adquirirlos. Si realmente las personas han optado durante este año en comprar sus medicamentos en ferias, estamos ante un problema de salud pública que debemos atender”, enfatizó Daza.

“El gasto de bolsillo es un indicador que sirve para medir la protección financiera del sistema de salud. Chile está al debe porque el gasto de bolsillo es uno de los más altos y donde más se gasta es en medicamentos.  Debemos realizar una reforma de salud que mejore esta protección financiera. Mientras los problemas de acceso más grandes se solucionan, debemos implementar estrategias que ayuden a disminuir el gasto de bolsillo de las personas en medicamentos, sobre todo para el próximo año en que puede ser complejo en lo económico”, manifestó Daza.