Varias Pasantías Culturales UDD nos han llevado a India, vía Toronto (Canadá) o vía Dubai (Emiratos Árabes Unidos), ciudades en las cuales hemos permanecido algunos días a la ida y/o al regreso, y que también nos ha permitido conocerlas. Los invitamos a través de algunas imágenes y del texto a continuación a un recorrido por India, un país con experiencias difíciles de olvidar.
Un gigantesco país, en el cual hemos realizado diferentes recorridos y que no deja indiferente a nadie, a la India se la quiere o se la odia, pero para eso hay que conocerla. Por nuestra parte, todos los grupos y personas que nos han acompañado la han terminado queriendo. Es un pasaje a otra historia, otra cultura y otra sociedad, hogar de más de 1.300 millones de personas, multilingüístico y multirreligioso, con historias que atraviesan varios milenios y con gran variedad de costumbres, tradiciones y estilos de vida, donde conviven culturas milenarias con la modernidad occidental.
Muchas de las imágenes más recurrentes de India están asociadas a su espiritualidad. Santones de pelo largo, mendicantes que recorren sus caminos, sijs con llamativos turbantes y monjes renunciantes, son y han sido parte de la rica geografía espiritual del subcontinente indio. Pero también hay ciudades repletas de gente, congestión de autos, rickshaws y vacas en las calles, que nos permiten desplazarnos con facilidad, y con la vestimenta adecuada poder entrar a sus variados templos que son el reflejo de su compleja sociedad multicultural y multiétnica que busca integrarse con la naturaleza y poder conectar lo humano con lo divino, haciendo de India un escenario de las más diversas formas, colores y sabores.
La llegada a India, después de muchas horas de viaje, nos sorprende con sus modernos aeropuertos, la estricta seguridad, la colorida vestimenta de quienes circulan, que nos adelanta algo de lo que veremos las semanas venideras. Salimos del aeropuerto con el mouli en la muñeca, mano derecha del hombre y mano izquierda de la mujer, que representan el lado espiritual de cada uno. Es un hilo rojo de algodón, considerado sagrado, que nos protege del mal, y que vemos en todas las personas, independiente de su religión y nos acompañará más allá de este viaje.
Para la explicación de los diferentes recorridos tomamos Delhi como punto central, y las rutas, se han dividido en tres partes como lo indica el mapa. Zona centro-oriente (Rajastán y Maharastra), zona oriental (Uttar Pradesh) y zona norte (Punjab).
La capital de India, y una de sus ciudades más grandes, ha sido la sede del poder de diferentes imperios y gobiernos por aproximadamente un milenio. La ciudad ha sido destruida y reconstruida en diferentes ocasiones, por lo que une diferentes estilos y formas arquitectónicas.
En la vieja Delhi, la capital de la India islámica, se ubica el Fuerte Rojo, una fortaleza del siglo XVII construida de piedra arenisca roja y rodeada por un enorme muro de 33 metros de alto que alberga en su interior palacios y jardines. Muy cerca está Jama Masjid, la mezquita más importante de Delhi, y los bazares Chandni Chowk y Kinari, laberintosde callejuelas organizado en especialidades (calle de los libros, de las joyas, de los sastres) y Kari Baoli, el mercado de las especias y los frutos secos.
La nueva Delhi, creada por los británicos, se compone de amplias avenidas arboladas con varios edificios gubernamentales y residencias oficiales característicos de la arquitectura colonial británica como la Casa del Parlamento, Rashtrapati Bhawan (Residencia Presidencial), que fue la residencia del Virrey, la Puerta de la India (arco de triunfo) que conmemora los 70.000 soldados indios que perdieron la vida luchando por el ejército británico durante la I Guerra Mundial. Y muy cerca el Gurdwara Bangla Sahib, el principal templo Sij de Delhi, que originariamente fue un palacio del siglo XVII, por lo que el lugar se ha convertido en un centro de peregrinación también para los hindúes por las aguas de su pozo consideradas como curativas.
Construcciones musulmanas como la Tumba de Humayun, que incorpora los estilos indo-islámico, el primer ejemplo de la arquitectura mogol en la India, construido en el siglo XVI, Qutab Minar, el minarete más alto del mundo del siglo XII junto a la mezquita Quwwat-Ul-Islam y el moderno templo Bahai son algunos de los lugares que visitamos y en los que encontramos mujeres vestidas con vistosos y coloridos saris, sijs con grandes turbantes cubriendo su larga melena, y musulmanes camino a la hora de la oración en una fraternal convivencia.
Rajastán es la tierra de los reyes, un estado de muchas tradiciones con reinos establecidos desde el siglo VI, algunos de los cuales mantienen cierta soberanía y autonomía local hasta la actualidad.
Maharastra se ubica en el centro oeste, su capital es la cosmopolita Mumbai, que contrasta con los muchos santuarios de la naturaleza y los templos excavados en las cavernas de Ellora y Ajanta.
Cada lugar con un encanto especial que hacen que la India nos vaya asombrando día a día.
Jaipur es conocida como “la ciudad rosa” por el color de sus edificios. Fue fundada en 1727 por Marajá Sawai Jai Singh II, siguiendo un diseño que la hace ser la única ciudad planificada de la época. Destacan el Palacio de la Ciudad, la parte privada de la familia real de Jaipur, Jantar Mantar uno de los cinco observatorios astronómicos construidos por el Marajá, siendo el de Jaipur el que está mejor conservado y cuenta entre sus muchos instrumentos con el reloj más grande del mundo, Hawa Mahal o “palacio de viento”, el emblema de Jaipur construido para que las mujeres pudieran ver las ceremonias de las calles, por las celosías de sus 953 ventanas, sin ser vistas. En las afueras de Jaipur se ubican varias fortalezas, siendo la de Amber en lo alto de una colina, a la que se accede ya sea subiendo en elefante como lo hacían los marajás, o en jeep. Una fortaleza construida a fines del siglo XVI, con palacios espléndidos, salones y patios que parecen sacados de cuentos.
Es la puerta de entrada al desierto del Thar y conocida como “la ciudad azul”, construida a mediados del siglo XV, está rodeada por una muralla de 10 kms. de largo. Su historia, artesanías, danzas folclóricas, músicas y la vestimenta de la gente, le dan un aura especial a esta ciudad en que destaca el Fuerte Mehrangarh construido sobre una montaña, y que alberga palacios de piedra arenisca y con trabajo de celosías, y ricamente decorados en que los distintos apartamentos en sí mismos parecen ser mágicos como Moti Mahal (Palacio de Perla), Phoola Mahal (Palacio de Flores), Sheesh Mahal (Palacio de Espejos), y Daulat Khana con una buena colección de palanquines.
En medio de la cordillera de Aravalis, pasando por aldeas y pueblos tradicionales, por angostos y precarios caminos, se llega a este templo jainista de mármol blanco construido a mediados del siglo XV, cuando un miembro de la comunidad jaina del Rajastán, comenzó su construcción inspirado por un sueño en el que aparecía un vehículo celestial. Las más de 300 columnas fueron talladas cada una con diseños diferente y el grandioso templo emerge entre el verdor de las montañas.
“La ciudad de los lagos”, fundada en 1559 como capital por el Maraja Udai Singh, en la orilla este del lago Pichola, el más antiguo y el más grande de los lagos de Udaipur que es el corazón de la ciudad, construido a mediados del siglo XIV, y en él flotan palacios, templos, y ghats de baño. La rica cultura y los patrimonios naturales y sociales, están preservadas alrededor de los lagos, donde La vegetación y los jardines son construcciones de armoniosas formas que presentan una condición única con la verde cordillera Aravalis como telón de fondo.
El monumental Palacio de la Ciudad con sus torres, balcones, y cúpulas dan una buena panorámica al lago Pichola. Comenzó a ser construido por Maharana Udai Singh en mármol y granito, y sus descendientes continuaron ampliando la construcción con más palacios de diferentes diseños que hoy se puede recorrer y donde también se celebran algunas de las fiestas del actual Marajá a la cual tuvimos la oportunidad de asistir en una ocasión. El templo Jagdish, ubicado en el complejo del palacio fue construido a mediados del siglo XVII, y está dedicado al dios Vishnú, preservador del mundo. Y uno de los más interesantes jardines de India, Sahelion Ki Bari, fue construido a comienzos del siglo XVIII, y es conocido también como el “Jardín de las Doncellas. Nos remonta al estilo de la vida de las mujeres de la corte, con sus cuatro estanques con quiosco, flores, hierbas, fuentes protegidos por un muro y árboles y elefantes de mármol, y salas adornadas con pinturas y mosaicos.
Conocida como capital económica de India, Mumbai (Bombay) se le conoce como la ciudad que nunca duerme. Construida por los británicos para comerciar, con el tiempo pasó de ser un pueblo de pescadores a la ciudad más moderna de India y capital financiera que captura el ritmo establecido por la liberalización y la modernización, y sede de la industria cinematográfica de Bollywood.
Se ubica en la costa del Mar Arábigo y a su largo corre una extensa avenida con edificios que parece trasladarnos a una ciudad occidental que termina de norte a sur en la Puerta de India, un arco triunfal diseñado para conmemorar la visita del rey Jorge y la reina María a la India en 1911, y frente al elegantísimo Hotel Taj Palace también conocido por un atentado en 2008.
Una característica única de Mumbai, son los Dhobi Ghat, lavaderos tradicionales de hormigón, en el que cada uno sirve a unas 25 familias de Mumbai y donde casi doscientos dhobis y sus familias trabajan juntos. También Mani Bhawan, la casa dedicada a la vida de Mahatma Gandhi, quien se quedaba ocasionalmente en ella entre 1917 y 1934. La estación victoriana Chhatrapati Shivaji, a la que llegan trenes repletos de personas (incluido sus techos) como sacados de una película.
Aurangabad lleva el nombre del último emperador mogol Aurangzeb, y se ubica en el norte del estado de Maharashtra, a orillas del río Kham, y es famosa por su monumento Biki Ka Maqbara, la “Tumba de la Dama” que fue construido por Azam Shah, hijo de Aurangzeb, en memoria de su madre, en 1678. Su imagen nos recuerda el Taj Mahal, el mausoleo de su abuela. Aurangabad es también la entrada para poder llegar a las cuevas de Ajanta y Ellora.
Tres horas de viaje para recorrer sólo unos 100 kms. por angostos caminos rurales a través de campos, pequeños pueblos y caseríos, valieron la pena para llegar a las Cavernas de Ajanta. Son 30 cuevas budistas excavadas hasta en 75 m. de profundidad, entre los siglos III aC y VII dC, que se llaman ‘chaitya grihas’ y ‘viharas’. Algunas son “catedrales budistas”, pero la mayoría monasterios decorados con esculturas y murales, que representan las múltiples encarnaciones de Buda.
Las Cuevas de Ellora y el Templo de Kailash están a unos 30 km de Aurangabad, son santuarios que mezclan hinduismo y jainismo, esculpidos entre los siglos IV y VIII dC. El majestuoso templo de Kailash es una de las esculturas más grandes del mundo, ya que se excavó de una roca desde la parte alta hacia su base, dando la sensación de estar hundido entre rocas.
Este estado ocupa una parte de las llanuras que se extienden alrededor de los ríos Ganges y Yamuna, altamente poblado, a la vez uno de los menos industrializados, y con grandes atractivos.
Ciudad mundialmente conocida por el Taj Mahal, joya del arte musulmán, el famoso mausoleo de mármol blanco, construido a partir de 1631 por el emperador mogol Shah Jahan en memoria de su esposa Mumtaz Mahal. En la obra trabajaron unas 20.000 personas durante 22 años. Caminar por sus jardines es un sueño cumplido, especialmente al amanecer o al atardecer.
Pero también otro gran atractivo es el Fuerte de Agra, obra iniciada por el emperador mogol Akbar, fortaleza que tiene 2,5 kms. de largo, y considerada como la predecesora del Fuerte Rojo de Delhi. Más adelante fueron agregados otros edificios por su nieto Shah Jahan, como Moti Masjid, la mezquita de mármol blanco semejante a una perla perfecta, Diwan-I-Am, el Palacio de Jahangir, Khaas Mahal, Sheesh Mahal, Diwan-I-Khaas, Musamman Burj – donde Shah Jahan murió prisionero en 1666 contemplando el Taj Mahal que había mandado a construir.
Cargados de inolvidables recuerdos y con la imagen de un maravilloso atardecer en el Taj Mahal, nos embarcamos muy temprano en la estación de Agra e hicimos un pintoresco recorrido de más de 2 horas en el tren Shtabadi Express a Jhansi donde nos esperaba un bus que nos llevaría a Khajuraho. En ruta visitamos Orchha y el enorme Palacio de Raj Mahal, construido para conmemorar la visita del emperador, con un pasillo de audiencias privadas, otro de audiencia del público y los compartimientos reales con pinturas en los muros y techos, tanto de temas religiosos como seculares. En la ruta de Jhansi a Khajuraho pudimos ver no solo la vida rural de India, sino las vacas, motos, autos, buses y rickshaws que comparten los ya conocidos angostos y precarios caminos.
El pequeño pueblo con los templos de Khajuraho es muy diferente a las otras ciudades de templos de India, ya que no están dedicados a una religión, oración o deidades. Este grupo de monumentos, entre los que destacan los templos de Lakshmana, Kandariya Mahadeva, Devi Jagadambi, y Chitragupta, son famosos por sus esculturas eróticas talladas en los muros, construidos en sólo 200 años (950 a 1150 dC). Fueron erigidos en homenaje al amor siguiendo la leyenda de Chandra, la luna, que se enamora de la hija de un sacerdote y de cuya unión nacerá Chandravarmán que inicia la dinastía Chandela. De los 85 templos originales, hoy sólo quedan 22, en un área de casi 20 kms2, ya que la mayoría fueron destruidos siglos más tarde, por sus explícitas imágenes.
Es una de las cuatro ciudades santas del hinduismo, consagrada a Shiva, y centro de peregrinación más importantes de India a orillas del río Ganges en el que al atardecer se celebra la Ceremonia del Fuego (Aarti). Ver el amanecer y experimentar los rituales que los hinduistas hacen en el río como bañarse en sus aguas sagradas pensando que se van a liberar de las reencarnaciones, las innumerables cremaciones de los cuerpos muertos durante las 24 horas del día, y cientos de miles de peregrinos ofreciendo dulces, flores y agua sagrada al dios sol, es una experiencia inolvidable. Alejarse de las orillas del río se entra en otra India, una ciudad ruidosa, con millones de personas en las calles, infinitas motos, santones, niños y mujeres con sus vistosos saris en el día a día de la ciudad.
A sólo 10 kms. al noreste de Benarés está Sarnath, uno de los centros budistas más importante, el lugar donde Buda dio su primer sermón después de su Iluminación. En el siglo II aC , el emperador Ashoka, primer unificador de India, construyó la gran stupa de más de 40 mts. de altura que recuerda el hecho. Muy cerca se ubica la Universidad Benares Hindú uno de los centros de educación más antiguos de la India para estudiar arte, cultura, música, y sanskrito.
Punjab es un estado en el norte de India, fronterizo con Pakistán y a los pies de los Himalaya. Bañado por cinco grandes ríos, un extenso sistema de canales, es granero de trigo del país y cuna de los sijs
En 1947, tras la separación de India y Pakistán y por la necesidad de crear una nueva capital para la provincia de Punjab, el gobierno indio decidió construir la primera ciudad planificada desde la fundación de Jaipur. El encargo recayó en el reconocido arquitecto suizo-francés Le Corbusier desde 1951 hasta su muerte en 1965. Es una ciudad atípica en la India, llena de jardines y parques, de vías anchas, de arquitectura moderna, muy diferente a las ciudades laberínticas del Rajasthan. La ciudad está dividida en sectores (1 al 60). Cada sector de aproximadamente 1,2 km x 0.8 km funciona como una ciudad independiente, con sus propios mercados, templos y escuelas situados a una distancia inferior a los 10 minutos andando desde cualquier extremo.
La construcción de Chandigarh se hizo sobre algunas viejas aldeas, que fueron demolidas y con cuyos restos y materiales de desecho se construyó el escultórico Jardín de las Rocas y Lago Sukhna. Dentro de las obras de Le Corbusier destacan El Capitolio con los edificios más representativos de la ciudad como El Secretariado y La Asamblea, El Palacio de Justicia, La Torre de las Sombras y el Monumento a La Mano Abierta. También el Museo Gubernamental y la Galería de Arte
La ciudad de Amritsar, fundada en la década de 1570 por el sij Guru Ram Das, es el sitio de Harmandir Sahib, el gurdwara más sagrado (lugar de adoración sij). Es el centro del sijismo, una de las religiones practicadas en India, fue fundada en el siglo XVI, y alberga su máximo santuario, el Templo Dorado (Harmandir Sahib), rodeado por la piscina de néctar, situado en el corazón de la ciudad, siendo un importante centro de peregrinación. Su arquitectura es una representación simbólica del pensamiento sij, tiene cuatro entradas (doréis), que simbolizan la apertura de los sijs a todas las religiones, entre otros aspectos., es un importante sitio de peregrinación.
La ciudad está muy cerca de la frontera con Pakistán, por lo que nos trasladamos a Wagah para ver el cambio de guardia, ritual que se celebra cada día, antes de la puesta del sol, cuando los militares indios y paquistaníes del único puesto fronterizo terrestre de la zona, cambian la guardia en una coreografía casi simétrica, en la que se concentra toda su rivalidad política.
Terminan así varios de los recorridos que hemos realizado por India que nos han llevado desde calurosos y húmedos lugares en el centro sur del subcontinente, a los bordes del desierto del Thar, al Ganges, y finalmente al Punjab, elnorte del país y límite con Pakistán y con el Tibet. Así nos vamos despidiendo de este maravilloso viaje que nos traerá de regreso, vía Toronto o vía Dubai, donde nos esperan días de más recorridos junto a extraordinarios grupos que nos han acompañado y que han terminado enamorándose de India y eliminando muchos prejuicios.